Un viaje literario por las marismas del Guadalquivir

Agosto de 1960, dos viajeros hacen un recorrido en tranvía que los lleva desde Sevilla capital hasta la Puebla del Río. Desde allí continuarán a pie hasta la entonces conocida como Villafranco del Guadalquivir, hoy en día Isla Mayor, nuestro pueblo. Estos viajeros eran nada más y nada menos que Alfonso Grosso y Armando López Salinas. Dos importantes figuras de la literatura española del siglo XX. Escritores enmarcados en el realismo social, interesados en dar fe de los problemas de su tiempo y de las gentes de su tiempo. Pero ¿qué era lo que les traía por nuestro pueblo y sus marismas?

Un viaje literario por las marismas del Guadalquivir

Como escritores preocupados por la vida de sus coetáneos, la necesidad de conocer las dificultades que implicaban el cultivo de la marisma fue la razón principal que les hizo venir hasta Isla Mayor.  Y es que en el libro en el que recogieron este viaje, Por el río abajo, se suceden una serie de encuentros con todo tipo de habitantes de la zona. Desde los paisanos que pasan el rato en La Venta del Cruce, todavía en La Puebla del Río, hasta jornaleros que se desplazan en busca del trabajo desde el Poblado de Alfonso XIII hacia Villafranco, nuestra actual Isla Mayor.  Durante su visita a nuestra localidad los viajeros se interesarán por el cultivo del arroz y la reciente historia de nuestro pueblo. Igualmente se interesan por la llegada de jornaleros de fuera para siega, una siega que cuando ambos visitan la zona todavía no había comenzado ya que era verano aún.

Es este un libro que en su primera edición fue censurado por el franquismo y tuvo que ser editado en París. No es si no hasta la llegada de la democracia que se puede editar por fin en España. Es entonces cuando el resto de España puede conocer a través sus palabras cómo fueron las difíciles condiciones de nuestros antepasados para domar esta marisma dura y salvaje, pero de belleza inigualable.

Como curiosidad final es importante añadir que Alberto Rodríguez, el director de La Isla Mínima se basó en parte en este libro para ambientar su conocida película. Hoy en día desgraciadamente se trata de un libro casi inencontrable.  Pero si lo has leído o lo tienes en casa ¡siéntete afortunado! Es un tesoro, una parte de nuestra historia.

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